Un Canto a la Madre Dominicana: Poema de Admiración y Amor
En el corazón del Caribe, donde el sol besa la tierra con fervor, florece un amor inigualable, el de la madre dominicana, crisol de fuerza y ternura. A ellas, pilares de la familia y guardianas de la alegría, dedicamos este canto. En tu regazo, nido de mangos y café, crecimos fuertes, con la fe como estandarte. Tus manos, expertas en sazón y en querer, moldearon sueños, nos enseñaron a amarte. Dominicana, mujer de temple y de sol, con la alegría pintada en la sonrisa. En tu voz, el eco de un tambor y un crisol, la fuerza indómita que al alma hechiza. Recuerdo tus cuentos, al caer la tarde, historias de abuelas, de lucha y de anhelo. Tu consejo sabio que en el pecho guardé, lucero que guía y que me ofrece consuelo.